lunes, 12 de diciembre de 2011

Carrera hacia el punto cero

Y corres, corres sin saber por qué; sólo te dejas llevar por el viento, por el sonido de las gaviotas. Sientes la brisa enredar tu pelo, la espuma marina empapar tu cara. No quieres parar, ahora no, ahora que te sientes por fin libre, que dejas que todo fluya. Has dejado a un lado todos los prejuicios, atrás las preocupaciones, las obligaciones. No hay ataduras sentimentales o físicas, no perteneces a ninguna parte y nadie te reclama a su lado.

Podrías empezar de cero en cualquier momento, en cualquier lugar, ¿pero por qué dejar de ser ese cero?, ¿por qué dejar de ser ese punto inmaculado en la historia? Quizá porque de lo contrario no habría historia alguna, simplemente una continua carrera infinita en y hacia la soledad de un comienzo. Sería bonito, incluso poético, ahora mismo la idea me apasiona, ¿pero qué pasará mañana? Saberme dependiente de la raíz empuja irremediablemente mis pies a dar un paso atrás, a la vez que da alas a mi mente.

En cualquier momento pararé de correr, ya me ha pasado otras veces. Y aunque ahora llegue más lejos, el retorno al punto de partida es obligado. Quizás llegue el día en que la distancia me permita olvidar todo lo que hoy me retiene en el origen, pero para ello aún ha de llover tanto como para que en un resbalón consiga deslizarme hasta ese punto cero. Es fácil si hacemos una analogía con un axón mielínico: todo él se encuentra cubierto por una vaina de mielina, la cual no es capaz de transmitir la señal eléctrica, excepto por los nódulos de Ranvier; esta señal irá “saltando” de nódulo en nódulo de forma veloz. En el caso de que no fuese lo suficientemente fuerte como para llegar al final del axón, se perdería y habría de dispararse un nuevo potencial (más fuerte) para volver a intentar transmitirla. Yo soy como esa señal eléctrica, y al ser mi carrera insuficiente para alcanzar el siguiente nódulo, vuelvo disparada al punto de partida; pero si llegase a ese punto cero del que hablamos, el retorno sería inviable. Nuestra naturaleza, al contrario que nosotros, es sabia y no disparará la señal eléctrica si el potencial de acción no es lo suficientemente alto para que ésta llegue al final del camino. Yo, en cambio, lo intento una y otra vez, aún sabiendo que las raíces son demasiado fuertes para ser arrancadas por la mecánica de unas piernas no más decididas que una mente desorientada. Tonta de mí, ¿acaso quiero cruzar el límite?

Por ahora, me conformo con correr y saborear con la punta de los dedos esa libertad, rozar con la punta de la lengua el anonimato. Realmente me aterra llegar al otro extremo en un descuido, ese que luce borroso en el horizonte y al que me acerco peligrosamente con cada zancada, que ya sea por despecho o necesidad, me aleja de mi yo conocido.

Sí, realmente sería empezar de nuevo; pero una vez mis pies descansen en ese punto cero, la sensación se habrá esfumado, irremediablemente habré empezado de nuevo. Es una utopía como otra cualquiera esa de mantenerse en el punto cero, tan ideal como imposible. ¿Y entonces? Haber perdido todo para empezar a ganar otras cosas: vuelta al principio del camino que, aún siendo otro distinto al inicial, sigue siendo un origen con un nuevo horizonte hacia el que correr.

Se trata de una eterna carrera, en cuyos intermitentes vivimos; la vida del inconformista, que acabará por soñar lo que en realidad ha vivido.

sábado, 8 de octubre de 2011

Dracónidas

Me asomo al balcón y noto cómo la cara se me hiela, prueba de que el verano ya ha terminado... Subo la cremallera de mi rebeca hasta arriba, me froto las manos y alzo la vista. Ahí estás: blanca y brillante; pero no te busco a ti, hoy no. Fijo mi mirada entonces en la dirección opuesta. Todas las luces apagadas, no hay nadie en el bosque, nadie en la acera, nadie sentado en las terrazas.

De repente un destello de luz atraviesa la noche -sigue la calle vacía-. ¡Otra!, ¿es que nadie se ha enterado? Parecen haberme reservado el espectáculo. Es entonces cuando pienso en ti. En estos momentos estarás en esa terraza, puede que comiendo sushi y bailando al ritmo del taiko; pero espero que de vez en cuando se te escape la vista hacia arriba y entre chouchin y chouchin puedas ver alguna que otra estrella. Me gustaría tanto estar compartiendo este momento contigo... 
 
¡Qué ironías! Ahora mismo yo estoy aquí tan sola, y mientras tú rodeado de gente. Esta vez no son Perseidas, sino Dracónidas, pero creo que las hamacas, que tan solas como yo deben sentirse, nos recibirían encantadas una vez más. ¿Te das cuenta? Tendríamos la playa sólo para nosotros, y no sólo un triste piso vacío, tampoco  estaría pasando frío como ahora, pues tendría tus brazos alrededor. Pero hay tantas cosas que fueron y ya no serán, muchas cosas quedan aún por recolocar.

He perdido ya la cuenta de cuántas van, como cuando me olvidé de mirar al cielo por estar mirándote a ti.

viernes, 7 de octubre de 2011

Jueves 22 de septiembre

Primeros días volviendo a pillar el ritmo a las clases y con la semana próxima a su fin, llego a casa tras haber dado una calurosa bienvenida en forma de novatadas a los de primero. Rendida, nada entusiasmada y con unas ganas tremendas de llorar; hace poco que estoy de vuelta y se hace duro el estar de nuevo lejos de casa, de mi verdadera casa.

Empapada de sangría, con chocolate hasta en las orejas y el pelo hecho pasta de harina, abro la puerta del piso intentando no manchar nada a mi paso y voy directa a la ducha. Detrás de la mampara me desvisto en completo silencio y tengo la sensación de que al lanzar la ropa me quito 10 kilos de encima. Abro el chorro de agua encima de mi y noto los grumos de harina acariciar mi piel desnuda en su precipitada carrera hacia el sumidero. Cuando el agua del plato ya ha dejado de tener ese color vino y puedo soportar de nuevo mi olor, termina mi proceso de desinfección.

Me cubro con la toalla y compruebo que sigo entera frente al espejo, cerciorándome de que mis orejas  y cuero cabelludo están libres de agentes extraños. Tras el examen exhaustivo me doy el visto bueno y comienzo con el pijama. Arrastro los pies hasta la cocina y pongo agua a hervir. Enciendo el ordenador, a estas alturas ya estarán todas las fotos de la batalla campal de esta tarde subidas a facebook... Me da tiempo de cubrir la ropa con quitamanchas y ponerla en remojo mientras el portátil se carga. Cojo la taza de té y me arremolino en el sillón dispuesta a comprobar que lo de esta tarde fue real. Pero apareces de repente, como siempre, y cambias del todo mis planes.

Dices un par de boberías y me arrancas las sonrisas que me empezaban a faltar. Siempre estás ahí, aunque no te vea, aunque no hablemos a menudo, aunque a veces no sepa que seguimos siendo amigos. Pero en lo que avanza la conversación, me dejas ver una vez más que quizá sea sólo yo la que cuide de una amistad. Te acercas peligrosamente y cada vez me inquietas más: ¿debería seguir siguiéndote el juego?, ¿fingir que no sé que te mueres por mis huesos? Sabes que nunca pasará eso que anhelas, sabes que a estas alturas es imposible y también sabes que no sería de la forma en que ambos queremos, pues eso que deseamos no se encuentra en ninguno de los dos.

Sea de la forma que elijas, eres capaz de hacerme reir en cualquier situación. Y sea de la forma que fuere, te echo de menos, eres uno de los mejores amigos que jamás he tenido.

El té se ma acaba y empiezo a dar cabezadas, pero en mi cara se dibuja ahora una sonrisa; consigues que el reto de mañana se haga cada vez menos reto y más aventura. Me despido y te prometo que voy a estar más en contacto, que no dejaré pasar tanto tiempo  para saber de ti; pero sabes que sólo resurgiré cuando te necesite, y yo sé que será sólo entonces cuando querrás saber tú de mí. Una de las pocas cosas en las que coincidimos.

jueves, 21 de julio de 2011

El desfile

Una a una, desfilaban frente a sus ojos esperando ser la elegida. Mostraban a su paso lo mejor que podían dar, pero también lo peor de ellas. Cientos, miles de ellas avanzaban sin pausa delante de sus ojos escrutadores, críticos. Unos ojos inocentes, chispeantes, con toda la vida por delante y terriblemente ambiciosos, que no hacían más que esconder su enorme indecisión tras frialdad y dureza y transformar al mismo tiempo el miedo en una seguridad inquebrantable.

“¡Siguiente!”- gritaba una y otra vez, haciéndolas pasar casi sin dar tiempo para que se mostrasen tal y como eran. El tiempo corría en su contra y esto la ponía realmente furiosa. Con el paso de los días, ellas fueron poco a poco perdiendo el entusiasmo, ya no valía tanto la pena.

Cansadas, ya casi sin fuerzas se arrastraban ante ella, condenadas al paseo eterno. Los mismos ojos ahora sin brillo, flanqueados por profundas arrugas que surcaban su desafiante rostro, seguían observando. Su voz había dejado de ser necesaria para que continuase la exhibición, ellas estaban ahora de paso.

Y así, se le fue la vida tratando de no fallar en el intento y elegir la correcta, de dar con la que más feliz la hiciera. Pasaron muchos años para que tomase una decisión, y al fin cayó en la cuenta de que había estado cometiendo el mayor de los errores: ella no era juez, sino la que se mostraba en el escaparate.

Demasiado tarde; cuando realmente abrió los ojos, ya ellas habían dejado siquiera de posar los suyos en el vejestorio egoísta y vacío en que se había convertido. Entonces, ya ninguna la quería.

sábado, 18 de junio de 2011

Quite quiet

Quietud, silencio, tranquilidad... Paisaje gris el de hoy, gris pero sin lluvia. La ventana abierta y, a excepción del canto de unos pájaros atrevidos, no se escucha nada. No pasan coches, nadie grita en la calle, casi no se mueve el aire. Intacto, esa es la palabra que describe el escenario fuera de mi ventana. No quiero salir hoy y pasar a formar parte de él; prefiero seguir aquí sentada, observando, dejando el día pasar aunque hoy sea de esos que duran eternamente. Definitivamente, hoy es uno de esos días muertos.

martes, 14 de junio de 2011

A una llamada de distancia

Hay algo que aún no me has concedido, confesado quizás.

No quepo en mí de la alegría al volver a oír tu voz… Me he dado cuenta de que no existen sustitutos vía web al sonido de unas palabras. Suenas distinto, eso te lo puedo garantizar. Pensarás que yo también; mi acento catalán recién adquirido, ya sabes. Pero habrás intuido que no me refiero a eso… Los matices, siempre los matices: eso que distingue el blanco del negro, que los hace infinitamente opuestos y que a la vez es lo único capaz de asemejarlos. Noto un deje de tristeza, de nostalgia, incertidumbre también. Realmente nada nuevo, y fácilmente predecible sin tener que haberte escuchado. Es posible que se hayan hacinado en cada rincón de tu piel, compañeros no deseables para muchos, pero que sabemos necesarios de vez en cuando.



Y se atisba un brillo, un destello con cada sonrisa que adivino de tu boca. No puedo verte, no todavía, pero como si te viera: asomándote desde los poros.




Hay algo que me debes decir, puede ser que todavía no lo sepas, que lo sepas pero no hayas encontrado la forma o que ni siquiera la hayas buscado. ¿Sabes? Es probable que no sea una cuenta pendiente conmigo, seguramente lo sea contigo mismo. Aún necesitas aclararte, puede que eso sea todo al fin y al cabo. Reencontrarte, reinventarte tal vez: a lo mejor no soy yo la única que te echa de menos. A pesar de que seas tú contigo, no puedo evitar incluirme en el pack… Costumbre al fin y al cabo, una mala costumbre.

martes, 24 de mayo de 2011

Hace calor

Pleno verano y aún en mayo. Se hace raro ir a clase después de haber pasado la mañana jugando al voley y en la piscina; y es que no sé yo qué voy a hacer en los exámenes, que empiezan en nada. Con este tiempo se hace difícil encerrarse en el cuarto a hincar los codos.

Vuelven las noches con la ventana abierta de par en par y las mil vueltas hasta encontrar esa posición en que no moleste la espalda recién salida del horno. Parece que el cuerpo entero cambia y sólo se trata de otra época del año, pero es verdad que se está mucho más receptivo - conociendo gente nueva, de esa que parece que sólo sale con el sol. Y aunque (casi) todo vuelve a ser nuevo: ¿cómo evitar la nostalgia viniendo del eterno verano? Imprescindibles temas como éste que sigue en días así.

 

Y como reza otra imprescindible de los Rodríguez: desde un rincón del mundo, brindo contigo... Salud!!

viernes, 6 de mayo de 2011

It describes itself

Me cuesta encontrar adjetivos para describir el vídeo, aunque para ser sincera, en este caso no los considero imprescindibles. Espero que al verlo, puedan entender y experimentar lo mismo que siento yo cada vez que escucho las primeras notas. Siéntense un minuto, dénle al play y disfruten...

lunes, 2 de mayo de 2011

Se você disser que eu desafino amor

Él: There's a difference between love and attraction. . .
Ella: Oh yes, of course. . . Even though attraction sometimes feels like love.
Él: It's a funny old business, isn't it?
Ella: Haha, yeah. Sometimes.

Testigos mudos

Se ha hecho tarde… estoy cansada, pero mis pies no paran de caminar. Empieza a hacer fresco: la brisa marina, que antes agradecía por contrarrestar el roce del ardiente sol, deja de ser agradable. Me dispongo a sacar el jersey del bolso, pero mi paso no aminora. No sé con certeza a dónde conducirán mis huellas, pero adivino que se trata de algo importante. Los destellos dorados que hace unos minutos perfilaban las suaves olas han palidecido. Sigilosa, la luna emerge del profundo mar.

Gente, multitud de gente alrededor. En realidad no más que sombras para mí. Sombras entrecortadas por el vaivén de mis cabellos que, agitados, azotan mi frío e inexpresivo rostro. Parece que una vez más el abrigo no es suficiente...

Dejo de avanzar, pero no me doy cuenta de haber alcanzado algún destino. Cuando por primera vez reparo en lo que me rodea, descifro el mensaje. Una sonrisa nostálgica deshiela mi faz. Mil imágenes desbordan mi mente, carcajadas desvergonzadas… el tacto de una mano algo descarada.
No hubo tiempo para despedidas, tampoco hubo lugar. Sólo queda el recuerdo de todo aquello que para ti y para mí pudo significar algo, eso que ya terminó sin haber siquiera empezado. Y ante mí, uno de tantos escenarios, testigos todos de las palabras que me susurrabas al oído.

Hacía tiempo que no me acordaba de ti, de todo lo que nos mantuvo tan unidos como separados... ya sabes a lo que me refiero. Una profunda tristeza envuelve ahora cada una de mis células. Agacho la cabeza con esa medio sonrisa que tanta gracia te hacía. Ya es tarde para cambiar nada, tampoco creo que pudiese haberlo hecho, no habría sido bueno para ninguno de los dos.

Lentamente, me dejo mecer por el viento, que me lleva por donde tú me llevaste alguna vez. Ahora la luna se alza resplandeciente sobre el manto negro en que se han convertido el cielo y el mar. No quedan muchas sombras ya: los vendedores más rezagados terminan de recoger sus puestos; unos pocos transeúntes retrasan su vuelta a casa jugando con las piedras del camino, deseando quizá que fuesen problemas que poder despejar de una patada…; el banco del paseo donde nos sentamos contempla nuevamente el tímido juego de seducción de unos jóvenes.


No puedo evitar al verlos que otra sonrisa se dibuje en mi rostro, desfigurada esta vez por el tiritar de mis labios. Una felicidad descomunal invade todo mi ser, desde los cubitos de hielo que tengo por dedos del pie hasta la rojiza nariz. Se acabó, ahora sí se acabó. Se ha marchado la nostalgia… mis pies ya no me retienen aquí, corren ahora hacia la parada de metro más cercana.

A veces son necesarios hechos carentes de sentido para que otro hecho pueda cobrarlo. Por mi parte, todo queda dicho.

domingo, 3 de abril de 2011

I just got lost

Después de tanto tiempo deshojando margaritas: desfalleciendo cada vez que apartabas la mirada, renaciendo cuando una sonrisa me permitía de nuevo seguir soñando. Por fin me doy cuenta de que no he hecho otra cosa que fabricar ilusiones falaces para distraer la soledad y así poder, desesperada, alimentarme de ellas. Todo mi mundo puesto patas arriba por una aparición estelar, una historia de amor en potencia, el germen de mi nueva colección de sueños; un capítulo más que sumar al libro de mi vida y que seguramente caiga en el olvido con la aparición de una nueva estrella.

¿El error? Repetido y más que mascado desliz. Ya me he ha engañado muchas veces, no es más que mi subconsciente, que no para de jugármela una y otra vez... Tenías que aparecer tú, completamente ajeno a mi mundo, para abrirme los ojos. Simplemente he vuelto a obviar la delgada línea que separa lo real de lo que me muestra mi imaginación, he creído que amaba cuando en realidad amaba sin amar, una vez más no he confundido sus sentimientos, sino los míos.

Despertar, como si abriese los ojos por primera vez. El escenario es ahora totalmente distinto, la versión ha cambiado completamente. Ya no estoy nerviosa a tu lado, ya no espero que te acuerdes de mí, ni siquiera me importa no importarte... El velo ha caído descubriendo una verdad que ahora con razón, pone mi mundo patas arriba. Puede que necesite de todas estas falacias para ser feliz: vivir engañada es también una forma de vivir y la verdad es que el panorama que me ofrece mi mente es mucho más atractivo que el que veo cuando abro los ojos. Pero voy a ser valiente, me has inspirado a conocer la vida tal y como la cuentan, tal y como nos viene dada. Me toca esperar a ser sorprendida y no a sorprenderme esperando algo más.

Estos días, no puedo evitar sentirme de alguna forma identificada con esta canción. Perdida o no, parece que al fin me he encontrado, gracias.

jueves, 24 de marzo de 2011

Decepción

Es duro darse cuenta de que por mucho que lo intentes, por mucho que busques; siempre, al final, sólo quedas tú. Para escucharte, para comprenderte, para animarte... Sólo te tienes a ti.

Ansiamos esa intimidad, nos creemos capaces de sobrevivir sin el resto, presumiendo de una autosuficiencia a menudo difícil de defender. Puede pasar algún tiempo antes de que te des cuenta de la rémora necesidad, que paradójicamente ha sido siempre el trampolín al siguiente escalón. Como bien me han enseñado, no existe evolución, sino coevolución.

Soberbios, orgullosos, nosotros capaces de todo... muy a mi pesar, hay veces en que nos necesitamos, en que por lo menos yo te necesito. Herida ante la evidencia, doblegada, vulnerable... imagina cómo me siento cuando entiendo que nadie vendrá a buscarme, que el apoyo que comprendí necesitaba tomar prestado me ha sido negado. Sola, me siento sola... y es que realmente lo estoy.

Perdida, totalmente desorientada. Adivino tu imagen al final del camino, pero ya no quiero verte a ti. Me cuesta creer que la realidad sea ésta, que no seas tú el que había de acompañarme, el que alumbraría el bosque de dudas, de inseguridades. Me hace daño verte, me miras como a un bicho extraño; parece que ya no hay nada que decir, que todo ha terminado. Cuando quieras, sabes que no puedo evitar seguir aquí, acompañada en tu defecto, de la decepción, que conociéndola como la conozco, la sé dañina, pero también pasajera. 

lunes, 14 de marzo de 2011

The longest journey

Stucked in a nonsense line, between reality and some other place - apart from it all.

It's time for a redirection. The time for changing my point of view and keep on walking that different way has arrived. Time to grow up, as a plant that comes up the ground has to become a flower coming out. -Now, here it goes the request:

Would you accompany me? Would you be my gentleman today? Would you be him forever?

I warn you it's a long journey and that's why I need you to be sure about it, firmly dispelling any possible doubt crossing my mind. But hurry up, there's not too much time for you to make a decision, you'll have no second chance, no choice.

It's getting cold out here... you stare at me as if what I'm saying had nothing to do with you. But believe me, things have turned this way and from tonight nothing will be the same anymore, or so I expect. And yes darling, you are involved in it; you have been involved in all this stuff since you first stole a glance at me.

Then a smile flickered across your lips, sweet and warm. The decision had been made.


So come closer, it's getting late and when the time arrives, I want you here with me, holding my hand as if I were leaving forever, as if you weren't going to face me anymore.

And actually, that was going to take place. The girl standing next to you is going to turn into an eventually diminished memory to become a different version of the one you used to love. Pretending not to be scared when your whole body shivers, holding me tight as if I could vanish through the art of magic although your feet rushed you to take me out of here. Trying your best as you've always done, taking care of me even when I'm not me anymore.

Tonight dear, answers will come to light and you'll discover what I still haven't been able to show you about me. It is because you remain with me, after all I've said, that questions will be solved. Without you, the person I am while being together would be nonsense. That person is the one we'll finally meet, the one I am going to feed to see me with you. She, with you by her side, is going to start the longest journey... Something I could never had managed.

martes, 1 de marzo de 2011

Look at the stars, look how they shine for you.

Just when nothing reminded me of you... here you are, again. Just when I'm not strong enough to face you, when everything you can give me is exactly what I need.

Not from you, not from you anymore. That universe we used to sail, despite you were the one who inspired it, is not for you now. And I know I'm risking myself not to being able to regain it at the hands of someone else, because maybe there isn't anyone else I could share it with. Dear, you look so attractive to me... you are aware you embody the forbidden fruit, the fruit I promised myself not to bite again. It's hard enough for me living without the stuff you involved, but once you told me we can neither live from words and promises.
You ask for an answer, excuse me if it never comes to you. Can't stand a few words being enough to spoil my life, and that's the effect you have on me, that's the effect you've always had.

Yes darling, I see the stars, and I realize they shine for me. Actually, you are smart enough to see here's the problem.

viernes, 18 de febrero de 2011

Mendigando reciprocidad generalizada

¿Cómo me pides romper el hielo si congelas mis ánimos? Todo acaba por romperse si la timidez gana la batalla al sentimiento y por mucho que me duela, sé que así es. Sentimiento por llamarlo de alguna forma; realmente no sé si guardas algo ahí dentro, si es que sólo lo guardas para ti.

A veces haces que mis alas crezcan y se desplieguen, pero acabas evitando que te rodee con ellas. No te dejas envolver, explorar. Parece que quieras permanecer como un libro cerrado, o quizá no y simplemente mis expectativas sean muy altas. Puede ser que acabes donde empiezas, que no valgas la pena para mí; pero no puedo evitar al verte que esa idea se desvanezca.

Ya no concibo un día sin ti… y aunque en vano expulsarte intente de mi cabeza, lo único que patéticamente espero es que tú también pienses en mí.

lunes, 7 de febrero de 2011

Reflexión nocturna

¿Cómo es tan fácil convencernos de unas cosas y tan difícil en cambio hacernos ver otras? Parece mentira que todo este tiempo desvencijando mi mullido corazón poniendo a prueba su capacidad de querer haya sido en vano; por una necesidad creada a partir de mi propia imaginación, de mis propios ideales, de las ocultas fantasías que alberga mi mente.

La mente, desconocida y temida mente. Asombrosa y cada vez más compleja ante sus practicantes, abstracta y banal para aquellos que se limitan a portarla. Todos sin excepción contamos con el tesoro de crear, lo asombroso de pensar, la rémora de creer y la obligación de decidir. Condiciones impuestas, todas y cada una necesarias para haber dado el salto, prueba de la magnificencia de la naturaleza que nos mantiene tan lejos como cerca de la verdad. Nos recluye en una línea infinita pulcramente paralela a ésta privándonos de la misma, protegiéndonos quizá. Hace que oscilemos continuamente entre las fronteras de la percepción y lo místico permitiéndonos saborear el néctar de la sabiduría sin llegar a descubrirnos la receta del universo. ¿Será cuestión tan solo de modificar el término independiente?

Y es en este punto, quizá antes, donde me planteo si realmente era ajena a la realidad que me cae encima como losa de mármol. Más bien como la llama te recuerda que al tocarla quema. Una verdad irrefutable, instintiva, pero que aún siendo obvia, obviamos continuamente.
No es estar cerca de la ignorancia, no es por ese placer por el que nos engañamos; es por estar donde queremos, por ser como soñamos. Esa necesidad de ser otra persona, de vivir la vida que siempre has soñado combinada con las limitaciones que nosotros mismos nos imponemos o que a menudo nos vienen impuestas da como fruto la no-realidad. El mundo de los sueños, de las metas frustradas, La Tierra Prometida.

Ambición, no hay ambición sin meta. Siguiendo esta analogía: para desear, se requiere un objeto de deseo, el objeto deseado. Hablo otra vez de necesidad y sin pretenderlo mezclo una vez más lo intelectual con lo irracional ¡Qué catadura moral! ¿Es que acaso nunca podré hacer de este dual la dicotomía que debiera ser?
Objeto de deseo-meta, de esto hablábamos... Eso que impulsa nuestras vidas, que despierta nuestra motivación.
Y la pena es que en este caso vayan unidos, que no sea capaz de diferenciar; que mis metas personales se vean frustradas porque se basan tan ordinariamente en lo banal de las relaciones personales, en los volubles sentimientos humanos. Yo y mi orden mental, segura de que mis ideas reposan sobre la esterilidad de una ecuación matemática. ¿Cómo establecer leyes sobre algo tan cambiante como es un sentimiento? Imposible. Una vez más, se da el conflicto interior. El mundo se le hace pequeño a mi cabeza, que ansía mi verdad. Sin embargo, ésta se esfuerza en hacerme entender que una de las cosas de todo lo que me queda por descubrir de éste es que mi verdad se encuentra aquí.
29/I/2011

sábado, 5 de febrero de 2011

Primeros pasos

!Hola a todos! Hoy da comienzo la ardua tarea de abrirme al mundo.

Es cierto que todos sin excepción hemos guardado siempre una pequeña parte de nosotros bajo llave. Mi intención con este blog no es deshacerme de mi intimidad (tarea imposible, por cierto) ni mucho menos, pero sí compartir ciertos aspectos de mi personalidad con ustedes. La verdad es que a algunos se nos hace más fácil mostrarnos a través de un papel (de una pantalla si me apuras) que en persona. ¿Timidez? Lo que yo pienso es que la complejidad requiere ser meditada para poder ser posteriormente transmitida, aplicable a mi caso si el caos entra dentro de lo complejo.

Caos, espero que este blog, aun siendo reflejo de lo que soy, pueda escapar a sus atractivas garras. El caso es que más allá de que se mantendrá el toque íntimo y personal del que hablaba antes, aún no estoy segura de cuál será la temática. Supongo que como todo, al final dependerá de mi estado de ánimo.

¿Cuál es el fin? Definitivamente no busco aprobación, nunca he necesitado agradar a nadie. Simplemente me gustaría compartir lo que pasa por mi cabeza, comprobar que hay gente con mis mismas inquietudes (banales y no tan banales), tener un pequeño espacio en el que verter emociones, un lugar para crear... a orillas de ti.