viernes, 18 de febrero de 2011

Mendigando reciprocidad generalizada

¿Cómo me pides romper el hielo si congelas mis ánimos? Todo acaba por romperse si la timidez gana la batalla al sentimiento y por mucho que me duela, sé que así es. Sentimiento por llamarlo de alguna forma; realmente no sé si guardas algo ahí dentro, si es que sólo lo guardas para ti.

A veces haces que mis alas crezcan y se desplieguen, pero acabas evitando que te rodee con ellas. No te dejas envolver, explorar. Parece que quieras permanecer como un libro cerrado, o quizá no y simplemente mis expectativas sean muy altas. Puede ser que acabes donde empiezas, que no valgas la pena para mí; pero no puedo evitar al verte que esa idea se desvanezca.

Ya no concibo un día sin ti… y aunque en vano expulsarte intente de mi cabeza, lo único que patéticamente espero es que tú también pienses en mí.

lunes, 7 de febrero de 2011

Reflexión nocturna

¿Cómo es tan fácil convencernos de unas cosas y tan difícil en cambio hacernos ver otras? Parece mentira que todo este tiempo desvencijando mi mullido corazón poniendo a prueba su capacidad de querer haya sido en vano; por una necesidad creada a partir de mi propia imaginación, de mis propios ideales, de las ocultas fantasías que alberga mi mente.

La mente, desconocida y temida mente. Asombrosa y cada vez más compleja ante sus practicantes, abstracta y banal para aquellos que se limitan a portarla. Todos sin excepción contamos con el tesoro de crear, lo asombroso de pensar, la rémora de creer y la obligación de decidir. Condiciones impuestas, todas y cada una necesarias para haber dado el salto, prueba de la magnificencia de la naturaleza que nos mantiene tan lejos como cerca de la verdad. Nos recluye en una línea infinita pulcramente paralela a ésta privándonos de la misma, protegiéndonos quizá. Hace que oscilemos continuamente entre las fronteras de la percepción y lo místico permitiéndonos saborear el néctar de la sabiduría sin llegar a descubrirnos la receta del universo. ¿Será cuestión tan solo de modificar el término independiente?

Y es en este punto, quizá antes, donde me planteo si realmente era ajena a la realidad que me cae encima como losa de mármol. Más bien como la llama te recuerda que al tocarla quema. Una verdad irrefutable, instintiva, pero que aún siendo obvia, obviamos continuamente.
No es estar cerca de la ignorancia, no es por ese placer por el que nos engañamos; es por estar donde queremos, por ser como soñamos. Esa necesidad de ser otra persona, de vivir la vida que siempre has soñado combinada con las limitaciones que nosotros mismos nos imponemos o que a menudo nos vienen impuestas da como fruto la no-realidad. El mundo de los sueños, de las metas frustradas, La Tierra Prometida.

Ambición, no hay ambición sin meta. Siguiendo esta analogía: para desear, se requiere un objeto de deseo, el objeto deseado. Hablo otra vez de necesidad y sin pretenderlo mezclo una vez más lo intelectual con lo irracional ¡Qué catadura moral! ¿Es que acaso nunca podré hacer de este dual la dicotomía que debiera ser?
Objeto de deseo-meta, de esto hablábamos... Eso que impulsa nuestras vidas, que despierta nuestra motivación.
Y la pena es que en este caso vayan unidos, que no sea capaz de diferenciar; que mis metas personales se vean frustradas porque se basan tan ordinariamente en lo banal de las relaciones personales, en los volubles sentimientos humanos. Yo y mi orden mental, segura de que mis ideas reposan sobre la esterilidad de una ecuación matemática. ¿Cómo establecer leyes sobre algo tan cambiante como es un sentimiento? Imposible. Una vez más, se da el conflicto interior. El mundo se le hace pequeño a mi cabeza, que ansía mi verdad. Sin embargo, ésta se esfuerza en hacerme entender que una de las cosas de todo lo que me queda por descubrir de éste es que mi verdad se encuentra aquí.
29/I/2011

sábado, 5 de febrero de 2011

Primeros pasos

!Hola a todos! Hoy da comienzo la ardua tarea de abrirme al mundo.

Es cierto que todos sin excepción hemos guardado siempre una pequeña parte de nosotros bajo llave. Mi intención con este blog no es deshacerme de mi intimidad (tarea imposible, por cierto) ni mucho menos, pero sí compartir ciertos aspectos de mi personalidad con ustedes. La verdad es que a algunos se nos hace más fácil mostrarnos a través de un papel (de una pantalla si me apuras) que en persona. ¿Timidez? Lo que yo pienso es que la complejidad requiere ser meditada para poder ser posteriormente transmitida, aplicable a mi caso si el caos entra dentro de lo complejo.

Caos, espero que este blog, aun siendo reflejo de lo que soy, pueda escapar a sus atractivas garras. El caso es que más allá de que se mantendrá el toque íntimo y personal del que hablaba antes, aún no estoy segura de cuál será la temática. Supongo que como todo, al final dependerá de mi estado de ánimo.

¿Cuál es el fin? Definitivamente no busco aprobación, nunca he necesitado agradar a nadie. Simplemente me gustaría compartir lo que pasa por mi cabeza, comprobar que hay gente con mis mismas inquietudes (banales y no tan banales), tener un pequeño espacio en el que verter emociones, un lugar para crear... a orillas de ti.