martes, 24 de mayo de 2011

Hace calor

Pleno verano y aún en mayo. Se hace raro ir a clase después de haber pasado la mañana jugando al voley y en la piscina; y es que no sé yo qué voy a hacer en los exámenes, que empiezan en nada. Con este tiempo se hace difícil encerrarse en el cuarto a hincar los codos.

Vuelven las noches con la ventana abierta de par en par y las mil vueltas hasta encontrar esa posición en que no moleste la espalda recién salida del horno. Parece que el cuerpo entero cambia y sólo se trata de otra época del año, pero es verdad que se está mucho más receptivo - conociendo gente nueva, de esa que parece que sólo sale con el sol. Y aunque (casi) todo vuelve a ser nuevo: ¿cómo evitar la nostalgia viniendo del eterno verano? Imprescindibles temas como éste que sigue en días así.

 

Y como reza otra imprescindible de los Rodríguez: desde un rincón del mundo, brindo contigo... Salud!!

viernes, 6 de mayo de 2011

It describes itself

Me cuesta encontrar adjetivos para describir el vídeo, aunque para ser sincera, en este caso no los considero imprescindibles. Espero que al verlo, puedan entender y experimentar lo mismo que siento yo cada vez que escucho las primeras notas. Siéntense un minuto, dénle al play y disfruten...

lunes, 2 de mayo de 2011

Se você disser que eu desafino amor

Él: There's a difference between love and attraction. . .
Ella: Oh yes, of course. . . Even though attraction sometimes feels like love.
Él: It's a funny old business, isn't it?
Ella: Haha, yeah. Sometimes.

Testigos mudos

Se ha hecho tarde… estoy cansada, pero mis pies no paran de caminar. Empieza a hacer fresco: la brisa marina, que antes agradecía por contrarrestar el roce del ardiente sol, deja de ser agradable. Me dispongo a sacar el jersey del bolso, pero mi paso no aminora. No sé con certeza a dónde conducirán mis huellas, pero adivino que se trata de algo importante. Los destellos dorados que hace unos minutos perfilaban las suaves olas han palidecido. Sigilosa, la luna emerge del profundo mar.

Gente, multitud de gente alrededor. En realidad no más que sombras para mí. Sombras entrecortadas por el vaivén de mis cabellos que, agitados, azotan mi frío e inexpresivo rostro. Parece que una vez más el abrigo no es suficiente...

Dejo de avanzar, pero no me doy cuenta de haber alcanzado algún destino. Cuando por primera vez reparo en lo que me rodea, descifro el mensaje. Una sonrisa nostálgica deshiela mi faz. Mil imágenes desbordan mi mente, carcajadas desvergonzadas… el tacto de una mano algo descarada.
No hubo tiempo para despedidas, tampoco hubo lugar. Sólo queda el recuerdo de todo aquello que para ti y para mí pudo significar algo, eso que ya terminó sin haber siquiera empezado. Y ante mí, uno de tantos escenarios, testigos todos de las palabras que me susurrabas al oído.

Hacía tiempo que no me acordaba de ti, de todo lo que nos mantuvo tan unidos como separados... ya sabes a lo que me refiero. Una profunda tristeza envuelve ahora cada una de mis células. Agacho la cabeza con esa medio sonrisa que tanta gracia te hacía. Ya es tarde para cambiar nada, tampoco creo que pudiese haberlo hecho, no habría sido bueno para ninguno de los dos.

Lentamente, me dejo mecer por el viento, que me lleva por donde tú me llevaste alguna vez. Ahora la luna se alza resplandeciente sobre el manto negro en que se han convertido el cielo y el mar. No quedan muchas sombras ya: los vendedores más rezagados terminan de recoger sus puestos; unos pocos transeúntes retrasan su vuelta a casa jugando con las piedras del camino, deseando quizá que fuesen problemas que poder despejar de una patada…; el banco del paseo donde nos sentamos contempla nuevamente el tímido juego de seducción de unos jóvenes.


No puedo evitar al verlos que otra sonrisa se dibuje en mi rostro, desfigurada esta vez por el tiritar de mis labios. Una felicidad descomunal invade todo mi ser, desde los cubitos de hielo que tengo por dedos del pie hasta la rojiza nariz. Se acabó, ahora sí se acabó. Se ha marchado la nostalgia… mis pies ya no me retienen aquí, corren ahora hacia la parada de metro más cercana.

A veces son necesarios hechos carentes de sentido para que otro hecho pueda cobrarlo. Por mi parte, todo queda dicho.